lunes, 19 de enero de 2009

Texto: Hacia la boda

“Hacia la boda”

Texto de José Luis Carabias

John Berger

John Berger (Londres, 1926) para mi desconocido hasta este libro, lo describen como autor inconformista y comprometido, un mundo de ternura y lucidez. Es una de las voces más lúcidas, incisivas e inconformistas del panorama intelectual europeo. Desde su exilio voluntario en un pequeño pueblo de la alta Saboya arremete una y otra vez contra las conciencias satisfechas y las tendencias acomodaticias de sus conciudadanos. Además de escritor en múltiples facetas es crítico de arte, guionista de cine y televisión.


John Berger nos propone una novela en la que el relato se convierte en un vaivén en el tiempo y en los espacios. Cuestión ésta que en un principio requiere cierto esfuerzo. Esfuerzo que se verá recompensado a lo largo de la lectura, pues todo va cobrando sentido a medida que avanzamos. Un sentido profundo.

Nos relata la historia de una viaje hacia una boda, mejor dicho de dos viajes: uno el la madre y otro el padre hacia la boda de su hija.
Dos viajes bien distintos y así nos lo transmite. Impregna el relato de cada uno de estos viajes con situaciones, sensaciones y lugares bien conocidos por el autor.

La madre viaja desde Eslovaquia y en el refleja estupendamente las características de ese norte, un país frío, gris, con la marca de la dictadura comunista. Nos transmite un viaje simple en el que la madre establece escasas relaciones, aunque comprometidas. Desde Eslovaquia hasta Venecia en un frío autobús y desde Venecia hasta el estuario del Po en barco y en soledad, una soledad triste.

Por otra parte, y en contraste, el padre hace su viaje en moto y por el sur transmitiéndonos libertad con unas descripciones veraces de las sensaciones encima de una moto, ruidos, inclinaciones, el viento, la temperatura, los olores.

Es un viaje, éste, rico en sensaciones pero también en relaciones nos presenta un muestrario coral de personajes actuales y variados con situaciones bien distintas que enriquecen el relato.

Podemos decir que hace una exposición de espacios bien diferenciados.

El amor impregna todo el relato. Presentándonos de manera inteligente distintos tipos de amor o relaciones.
El amor de los padres hacia la hija, descrito en algún pasaje de manera conmovedoramente tierna e intensa.
El amor de los padres que en un determinado momento anteponen el compromiso social a su relación de pareja.
El amor de la joven pareja dispuesta al matrimonio, un amor intenso e incondicional.

Pero todo el relato está teñido de sufrimiento sutil y a la vez intenso. Un sufrimiento generado por la enfermedad de la hija, Ninon. Nos relata como de una relación casual e inconsciente queda contagiada por el SIDA. Como escritor comprometido John Berger expone una dura realidad que exenta de sentimentalismo nos plantea de manera rotunda como quiebra la joven e ilusionada vida de Ninon y el sufrimiento que genera a su alrededor.
Como podemos comprender ambos viajes tienen un tinte amargo.
El final del viaje es la celebración de la boda. En una Italia soleada, campestre. Nos hace un relato bullicioso, sensual, familiar, sureño.
Pero una boda que solo transcurre en la imaginación pues no llega a suceder. El autor juega así con el lector entre la realidad y los sueños. Planteando, así lo entiendo yo, los proyectos truncados en la vida de la joven.

En algunos momentos aparece como narrador un ciego Griego. Personaje que nos sitúa a nosotros lectores como ciegos a los que el autor guía, como lazarillo, a lo largo de la historia. Aunque también pudiera ser una evocación clásica al ciego Tiresias.
Cabe reseñar que el simbolismo está presente en toda la novela de esta manera te hace ir un poco más allá del relato y buscar tus propia interpretaciones.

La novela nos atrapa y nos emociona. Su historia de amor, su tragedia, el viaje, las múltiples historias. Acabando la lectura con la sensación de haber leído una gran novela.

Delicioso puñado de nieve en los labios
De quienes se afanan en el calor del verano.
Deliciosos los vientos primaverales
Para los marineros que desean zarpar.
Y más deliciosa aún la sábana sola
Que cubre a los amantes

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